Oriana Montero en entrevista con El Comercio habla de sus inicios musicales, del programa de Latina, de sus proyectos y recuerda con gratitud las muestras solidarias que recibió de artistas consagrados, cuando cantaba en la vía pública

Antes de imitar a Mon Laferte en “Yo soy”, Oriana Montero cantaba en calles barranquinas. En 2017, el Puente de los Suspiros -espacio que inspiró una de las interpretaciones más populares de la recordada Chabuca Granda- albergó los improvisados espectáculos musicales de la intérprete venezolana, que en ese tiempo acababa de llegar al Perú y ya acaparaba la atención con su canto. Músicos consagrados, que pasaban por el lugar, se detenían para cantar a dúo con ella y expresarle su admiración.
“Cuando llegué al Perú toqué las puertas de algunos restaurantes en busca de trabajo, pero ninguna se me abrió. Un día, paseando por Barranco, me di cuenta que habían personas que cantaban en la calle; entonces le dije a mi esposo, que en ese tiempo era mi enamorado, que quería hacer eso. Empecé a cantar con un parlante pequeño, colocaba una gorrita en el piso y no tienes idea de cómo la gente me apoyaba, lo que me daban me alcanzaba para pagar mi comida y el alquiler”, recuerda la cantante de 28 años.

“Incluso artistas conocidos se acercaban a tomarse fotos conmigo y cantaban un poco. Un día, vocalistas de Wisin, que venían de una presentación, me dijeron que les gustaba mi voz, pero que mi parlante era muy pequeño, así que me regalaron uno más grande. También recibí apoyo de René Velazco de Salserín, Daniel Lazo, Michael Abanto, entre otros”, añade Oriana.

Aquellos fueron días difíciles para la participante de “Yo soy”. Tenía 25 años de edad cuando decidió dejar su país natal, al no encontrar medicamentos para curarse de un problema a los riñones, que casi le cuesta la vida.
“Pese a que en Venezuela la cosa estaba difícil, no quería dejar mi país; pero un día me puse mal, casi me muero, no había hospitales, ni medicinas. Mi esposo, que es peruano y vivió en Venezuela desde los cuatro años, me dijo: ‘No nos podemos quedar aquí, tenemos que irnos a Perú’. Y en una semana, vendimos todas nuestras cosas, y enrumbamos hacia Lima. Viajamos durante tres días en diferentes buses, muchas veces comiendo solo pan y agua porque la situación era muy dura. Fue un proceso agotador”, destaca.
Mientras se ganaba la vida cantando en la vía pública, Oriana Montero paralelamente se preparaba para participar en “Yo soy”, imitando a Mon Laferte, cantante que empezó a seguir cuando llegó al Perú.
“Nunca antes había intentado hacer imitaciones porque sentía que no me parecía a nadie; pero cuando conocí la música de Mon Laferte, me volví su fan, empecé a interpretar sus temas, aunque mi voz es un poco más dulce. En la calle, la gente me incentivaba, me decía que cantaba como ella, que me parecía”, recuerda.
El Día D
A mediados de 2018, casi seis meses después de haber llegado al Perú, Oriana se presentó al cásting de la temporada 21 de “Yo soy”. Llegó a Latina a las 6 de la mañana, acompañada de su pareja; luego de casi ocho horas de espera, ingresó al intimidante escenario, algo nerviosa, aunque convencida de que merecía una oportunidad para demostrar su gran talento.
“Estar en ‘Yo soy’ era mi sueño, por eso terminé el cásting llorando, todos los nervios salieron al final. Haber pasado a la siguiente etapa ya era un triunfo para mí, y luego ganar la temporada, me hizo muy feliz, me cambió la vida”, destaca.
Inicios
Oriana Montero canta desde que tenía nueve años, luego que una amiga de su madre, descubriera en ella condiciones para la música. “Yo siempre cantaba en mi cuarto, pero un día, una señora muy querida por mi familia, me pide que cante, quería escucharme cantar para saber si podía acompañar a su hijo, que tocaba arpa, hacía música criolla venezolana. Recuerdo que interpreté ‘El último adiós’ de Paulina Rubio. Cuando se dio cuenta de que era afinada, me llevaba a su casa para practicar, luego estudié música, y cuando terminé el colegio estudié contabilidad, pero nunca ejercí. En Venezuela me dediqué profesionalmente a la música, cantaba en locales y restaurantes”, destaca la artista venezolana.
Favorita
La imitadora de Mon Laferte es una de las favoritas de “Yo soy: Grandes batallas”. Para Tony Succar, Oriana Montero y Mon Laferte son completamente iguales. “Parece que te hubiesen inyectado la sangre de Mon”, le dijo el músico peruano a la participante venezolana sobre su imitación. Mauri Stern también ha elogiado el trabajo de Oriana en el ‘reality’: “Mon es la más fuerte que tenemos en la competencia”, aseguró.

Respaldo de Mon Laferte
Montero también cuenta con el respaldo de Mon Laferte. La cantante chilena en más de una oportunidad ha destacado las condiciones artísticas de su imitadora. En un streaming que realizó hace algunos días, dijo: “¿Si vi a mi imitadora de ‘Yo Soy’? La amo, la amo con todo mi corazón. ¡Me encanta! La encuentro tan talentosa y me encanta porque hay partes en las que yo sé que cuesta más cantar, que son más dificultad, y ella lo hace increíble, siento que le sale mejor que a mí”.
En respuesta a las palabras de la intérprete de “Tu falta de querer”, Oriana, sostuvo: “Lo que dijo me hizo amarla mucho más. De ella he aprendido muchísimo, es humilde, igual que yo, empezó cantando en la calle, y cada vez que puede se da una escapada a una plaza o a un parque para cantar. La amo, sería un sueño conocerla en persona”.
Proyectos
Oriana Montero ha empezado a escribir su propia historia lejos de las imitaciones. En diciembre de 2020 lanzó su primer sencillo, “Perfume Vino”. “El 14 de febrero, el Día de los enamorados, si Dios quiere, sacamos el segundo ‘single’. Desde que estoy en ‘Yo soy ‘ no dejo de soñar, la pandemia retrasó un poco mis proyectos, pero con el favor de Dios, se mantienen firmes. Mi meta final no es ganar el programa, sino mostrar mi trabajo. Cada presentación es una final”, asegura.
- – Fuente: Diario El Comercio